Quien se oculta, no pocas veces esconde su culpa. La “desaparición” de los carretilleros el miércoles 24 en toda la ciudad de Artemisa, confirma que algo no anda bien en lo que hacen; en cambio, sí están bien informados de cada ejercicio para controlar el aumento de precios.
Noble intención la de esta práctica para enfrentar precios abusivos y especulativos, entre otras violaciones afines. Siempre devienen en multas y persuasión, en luz sobre cómo proceder de manera correcta, en protección al pueblo. Pero no logran la magnitud esperada, sobre todo porque alguien avisa… y ese día los carretilleros no trabajan.
Por eso resulta tan importante la labor cotidiana de los inspectores, su obra sin fecha ni horario, el hacer de cada cual y, por supuesto, la partici-pación ciudadana; a fin de cuentas, se trata de sus propios bolsillos.
La jornada en cuestión unió a inspectores, especialistas de precios, el Minint, la dirección estatal de Comercio en el municipio, las de Trabajo y Finanzas, liderados por funcionarios del Partido, con tal de visitar Acopio, Mercados Agropecuarios Estatales (MAE), placitas, bodegas, Cooperativas No Agropecuarias (CNA) y carretilleros.
Al avanzar por la calle 40, el grupo descubrió la primera carretilla sin mercancía ni propietario. Otros habituales vendedores de ese entorno, que suelen ocupar las aceras y la también llamada avenida 28 de Enero, tampoco estaban. Apenas pudieron hallar a un cuentapropista que proponía productos desde su vivienda. Este vendedor reci-bió una multa de 2 000 pesos, tras no conseguir justificar la procedencia de sus tomates.
Además, ofertaba ají pimiento y cebolla que ni estaban expuestos ni mostraba los precios.Próxima, a dos cuadras, en la CNA La Bondadosa parecía estar todo bien, con los precios establecidos. Sin embargo, el equipo detectó que la calidad de las guayabas debió llevarles a pedir menos de los siete pesos por libra.
Encima, no pudieron dar fe certera de la procedencia de la mercancía: como sus contratos estaban vencidos, no la obtuvieron por esa vía, la única legal.
Más adelante, se repitió la historia de los carretilleros de “vacaciones”, incluso unos que amanecieron vendiendo en las inmediaciones de la calle Colón y el edificio que llaman “de los Mayorales”… y ya no estaban un rato después en aquel perímetro.
Josefa González corrió la misma suerte que este grupo. No ocultaba su frustración por las tantas cuadras y la jaba vacía. “Hace falta que los encuentren, a ver si se atreven a cobrar a los mismos precios de estos días”.
La comisión coincidió también con dos vendedores en un carretón tirado por una yegua. Pregonaban plátano macho y tomate, sin patente y ni siquiera carné de identidad, lo cual deparó en decomiso y multa en la Policía.
Mientras, la colega de la radio Arianna Martínez reporta la carencia de correlación entre precio y calidad, comprobada en la Feria Agropecuaria, la ausencia del listado de precios de los productos de la minindustria, así como no aplicar rebaja a los que no son de primera.
Otro tanto ocurre con los documentos: facturas no identificadas o que no coinciden con la fecha de comercialización, falta de licitud de las ofertas, de contrato con Acopio y hasta de los que rigen la actividad como cuentapropista.
En el Mercado Climatizado se suma la mala calidad de la guayaba y el plátano fruta, además del acondicionador de aire roto hace más de un año, lo cual favorece el rápido deterioro de la mercancía.Dos caras del mismo asuntoLa relación calidad-precio fue una constante del equipo de control que visitó entidades ariguanabenses vinculadas a la comercialización de alimentos agrícolas.
Respecto a períodos precedentes, el Mercado Agropecuario Estatal mejora la variedad de ofertas; no obstante, persiste el reclamo de poner en tarima un producto beneficiado, en correspondencia con sus precios.
El local incluso funciona a media capacidad, pues el estado financiero de la empresa no le permite concluir la inversión iniciada: aún se espera por la juguera, por un pequeño restaurante y un área de beneficio.
A criterio de Gerardo Alayón, técnico en gestión comercial de la UEB Comercializadora Acopio, las principales dificultades en el trimestre radican en la distribución de malanga para dietas médicas: si bien cumplieron en enero y febrero, la comisión detectó que no hubo repartición equitativa por los puntos de venta; tampoco queda evidencia por escrito de las visitas de control realizadas.
“Muchos de los cuentapropistas que ejercen como vendedores de productos agropecuarios en San Antonio de los Baños, no presentan licitud de la mercancía”, afirma Damián Mojarena, especialista principal de Inspección en la provincia.
En la CNA 26 de Julio se aplicaron multas por ejercer de manera ilegal, y hubo decomisos de productos cuya procedencia no pudo demostrarse que fuera lícita, entre otras irregularidades con licencias sanitarias, autorizos comerciales y otros documentos. Las carencias superan la capacidad de la empresa para cubrir las necesidades alimenticias. La falta de insumos reduce la producción. Es válido entonces que productores y comercializadores hagan su mejor esfuerzo para entregar al pueblo alimentos con mejor calidad.
Bien lo saben en Güira de Melena, donde la comisión visitó puntos de venta de las CCS Camilo Cienfuegos y Primero de Mayo, la Unidad Empresarial de Base Granja Urbana, la CNA La Popular, el MAE y la Empresa Comercializadora de Acopio.
Raudelis Caballero Pagan, funcionario del Comité Provincial del Partido, aludió a la variedad de ofertas, según los importes establecidos y de acuerdo con su calidad en todos los espacios vistos.
Sin embargo, llamó a las autoridades a mantener un estricto control sobre esta actividad económica, y a mejorar las condiciones de algunas unidades.
En cada punto de venta intercambiaron con la población y confirmaron la estabilidad del suministro (en correspondencia con las producciones disponibles) y el apego a las tarifas establecidas respecto a la calidad de la mercancía.
Los consumidores refirieron el buen trato de los dependientes y la preferencia por los establecimientos donde se realiza un mejor beneficio de los productos, como el MAE y los de la Granja Urbana.
San Antonio y Güira aparecen como las dos caras del mismo asunto, ese que en la cabecera provincial de Artemisa se torna más peliagudo, pero resulta determinante en el éxito del Ordenamiento, en el poder adquisitivo real de los nuevos salarios e ingresos.
POR JOEL MAYOR, ODALIS ACOSTA Y WENDY GARCÍA