Por más de quince años en la finca Jabaco se produce leche de cabra cuyos subproductos son de amplio reconocimiento en el sector turístico cubano. Basta disposición para investigar y mucho sentido de pertenencia si se quiere desarrollar una masa con incontables oportunidades.
En los campos cubanos es obligatorio madrugar. Ahí sí amanece más temprano por tanto aprovechar cada hora del día devendrá en mejores resultados, e incluso en un descanso merecido cuando esté lista la segunda colada de café.
Para el campesino Alberto Brito Ravelo ya es costumbre despertar cerca de las 5 de la madrugada justo cuando solo se escucha el cantío de un gallo mañanero y el motor de un molino que abastece de agua su campiña.
Hay mucho rocío sobre el verde escondido por la oscuridad y cuenta que por esos minutos –luego de salir de casa- ya comienzan a balar sus cabras, con lo que sin duda también le regalan los buenos días.
“La crianza de cabras comenzó como un hobby, con una cabrita que nos habían regalado y un día desapareció. Un poco preocupados y extrañando su pérdida la vimos con dos crías que llegaron a la finca saltando y jugando, increíblemente. Luego decidimos dejarlas, quitar las vacas y empezar a criarlas. Desde aquella primera vez nuestra masa fue incrementando, tanto que ya llevamos 17 años y hoy más de 400 cabezas –con mejoras genéticas – comprenden la nómina de las existentes en nuestros corrales”, cuenta Brito Ravelo.
“Yo nací y crecí en el campo; un poco lejos de la ciudad. Desde mis abuelos tenemos estas tierras que no son las mejores: empedradas, infértiles y con mucha loma. Aun así, hemos buscado alternativas para aprovecharlas en poca medida mediante la materia orgánica generada por los animales, y actualmente una pequeña parte está sembrada para el autoconsumo del hogar. ¡Algo hay que sacarle!”, refiere.
“A diario de las ubres de nuestras cabras obtenemos unos 40 litros de leche, no obstante, y convencidos del propósito de incrementar producciones, ya tenemos en preparación cerca de 100 hembras. Ello permitirá ampliar en cifras, pero también en bienes y servicios que serán distribuidos en varios propósitos del país, fundamentalmente en el sector turístico.
“Quizás pocos conocen que las cabras en el resto del mundo son un movimiento famoso. En Cuba todavía no tenemos una cultura de potenciarlo y poca atención se le ha brindado por parte de los productores que sí cuentan con mejores condiciones. Hasta aquí han llegado extranjeros interesados por su producción.
“Recientemente un catador residente en Murcia quedó sorprendido con la calidad de la nuestra y mostró interés para que en sus hoteles se oferte el queso de cabra cubano.
“Durante la degustación pertinente se evaluó textura, sabor y aroma. Fue un éxito rotundo por tanto espero –en lo particular- que este derivado se convierta en un producto de alta demanda en el mercado internacional como lo son el tabaco o el ron Havana Club.
De trámites, plazos y demoras
Para nadie es un secreto que incontables son las ventajas ofrecidas al campesinado cubano, en especial si tiene pactado intereses a favor de la economía familiar y nacional.
Alberto soñó con la incorporación de una minindustria de donde saldrán delicias como yogures (incluido el probiótico), sueros saborizados, natillas, fanguito (dulce elaborado a partir de la leche condensada), variedades de queso (de romero, albahaca, ajo, natural, al carbón, o ahumado)y otros.
Llevará el nombre de KBrito y por ahora es muy lenta la tramitación del llamado “papeleo” para, de una vez y por todas, incorporarlo lo más rápido posible a la utilidad que tantos esperamos.
“Si no me equivoco 4 años no han bastado. Seguimos en medio de la tramitación “pertinente” desde que construimos la minindustria y preparamos sus condiciones. Ya tenemos las valoraciones de Salud Pública, trabájanos en recomendaciones que han dejado otros especialistas, pero restan análisis por la parte veterinaria. Ello es una lástima pues con su puesta en marcha serían más las bondades.”
Al parecer el sector vuelve a tropezar con una piedra angular que tiene su esencia en lo que decía al principio: pocos desconocen cuántas fortunas crecen junto a estas cabras. Alberto ha preparado un soporte técnico que va desde el cuidado de los animales, hasta conseguir los subproductos de la leche. No le hace falta más, sino colocar firmas, cuños y resultados en un papel oficial que le permita avanzar a favor de la economía cubana: llamémosle burocracia.
Escuche aquí el podcast Cuentas Claras: un acercamiento al tema que aborda este reportaje con la participación de Lic. en economía Gabriel Molina, profesor de la Universidad de Artemisa.
El secreto está en instruirse
Según lo reconoce la FAO “la investigación desempeña un papel fundamental en la seguridad alimentaria y el desarrollo agrícola…las tecnologías desarrolladas sobre la base de la investigación son esenciales …y deben ofrecer un firme apoyo a las políticas encaminadas a una mayor equidad y un mejor acceso a los alimentos”
“Si queremos ser “alguien en la vida” tenemos que colocar la investigación en lo más alto de nuestros propósitos sin olvidar aquellas técnicas tradicionales que nos defienden”, asegura Alberto Brito.
“Durante los últimos años hemos compartido experiencias y adquirido recursos para mejorar el trabajo, gracias a los proyectos Redes, ALPA, BASAL y a la Entidad de Ciencia Tecnología e Innovación(ECTI) Sierra Maestra. En el caso de Redes, una colaboración extranjera de la Unión Europea, recibimos recursos como techo, una máquina de ordeño, un molino de vientos, sin dejar de mencionar los foros que van desde nivel municipal hasta el internacional.
“El año pasado tuve la oportunidad de participar en una capacitación en España donde conocimos sobre el ciclo cerrado de la cabra y su preparación en países europeos. A partir de lo que vimos allí aplicamos – de acuerdo a las condiciones- sus buenas prácticas.
“A veces los recursos son muy difíciles de conseguir, pero acá logré un sistema de tarimas innovado para ordeñar la cabra. Queremos seguir creciendo, concluir la construcción de la finca y apostar por una masa sin olvidar otras.
“Yo salgo poco de mi pedacito de tierra, pero según he visto en varias provincias de Cuba, incluida la nuestra, abunda mucho el marabú y la manigua. Esos son lugares donde hay potencialidades para la cría de cabra extensiva. Se puede seguir luchando para importar el queso cubano.
“El país está incursionando para implantar embriones de la cabra murciana granadina con múltiples ventajas; ellas producen hasta 5 litros de leche diarios y hasta 500 en una lactancia en 270 días. Yo creo que sí se puede si le ponemos empeño.”
Escuche aquí algunas consideraciones de Alberto Brito sobre su trabajo.
Y así, entre buenos propósitos, pasan los años en la Jabaco perteneciente a la Cooperativa de Créditos y Servicios Eduardo Panizo en Guanajay. Pendiente queda revisar documentaciones y concretar su razón de ser para Cuba y el mundo.
Mientras, sus cabras seguirán balando… pidiendo insertarse seguramente en los principales renglones exportables de esta nación que cree –y comprobado está- en quienes entregan todo al campo, por nuevos horizontes.