Basta analizar los primeros 15 días de septiembre, para ver de nuevo números rojos en los 49 270 Megawatt/hora (MWh) consumidos en la provincia, de 46 119 previstos, lo cual implica 183 384 toneladas de diésel, pues generar un kilowatt/hora (KWh) requiere 216 gramos de ese combustible.
Así lo explica la ingeniera Yamilka Fernández Pérez, directora comercial de la Empresa Eléctrica Artemisa, y agrega que, desde marzo, coincidentemente con la llegada de la pandemia a Cuba, el territorio no se ajusta a las proyecciones de consumo de energía.
“Al cierre de agosto, se registra un 19.36% de pérdidas (89 951 MWh), en lo que inciden algunas de carácter técnico, como líneas en mal estado, y las pérdidas comerciales, entre ellas el fraude eléctrico y fallos en la medición.
“La mayor cantidad de clientes (el 63% de un total de 198 626) está en el sector residencial, el que más consumo de energía reporta. Sin embargo, casi todas las entidades estatales tienen dificultades para ajustarse al plan, aprobado en dependencia de su actividad económica”, subrayó.
“También están los que informan lecturas erróneas, falsas lecturas, los que carecen de un plan adecuado por falta de gestión, e incluso los derrochadores que no apagan los equipos en horario pico”.
De conjunto con el Consejo Energético provincial, la empresa controla un grupo de medidas enrumbadas a reducir el 6.3% de pérdida comercial. Eso incluye lograr una plantilla de lectores confiables, que no se dejen sobornar para permitir el fraude eléctrico.