Va caminando por las calles de Alquízar y todos le dicen “¡Hola!” al “Zurdo”. Las madres de los niños del pueblo son las que más emoción le ponen al saludo; son las más contentas, las más agradecidas y, de cuando en cuando, se escucha uno que otro “¡profe!”
Desde 2016 lleva en sus hombros la responsabilidad de ejercer como director municipal de Deportes, y desde entonces los resultados competitivos del territorio han mejorado considerablemente.
Yoel Perera Rubalcaba es su nombre. En su familia nadie tiene vínculo con el deporte; solo a él le llamó la atención desde muy joven. En aquel momento practicaba béisbol, pero sonríe y dice que no era uno de los mejores. Aunque no llegó muy lejos como atleta, tanta pasión lo llevó a impulsar a otros.
“Mi meta fue lograr avances y llevar alegría a todas partes. En 2016 obtuvimos el séptimo lugar a nivel provincial; en 2017 quedamos en el sexto; en 2018 y 2019, en cuarto; y hasta marzo de este año nos mantuvimos en el primero. Quedó bien claro que con esfuerzo es posible mejorar, paulatinamente.
“Tuvimos eventos deportivos de gran magnitud como el 3×3 nacional. Organizamos el primer torneo municipal de béisbol five (pelota a la mano). Fuimos campeones en la IX Serie Provincial y subcampeones en la décima”, enumera con orgullo sus logros.
El amor a este quehacer lo inculca de igual manera a los 88 trabajadores de su dirección municipal y a los 15 metodólogos, para aumentar mediante ellos el amor de la población al deporte. “Se predica mejor con el ejemplo.
“Contamos con un colchón de lucha considerado de referencia provincial, un gimnasio biosaludable y uno de cultura física, y en estos tiempos de aislamiento por el virus mantuvimos un equilibrio entre continuar con actividades recreativas y hacer cumplir las normas de distanciamiento e higiénico-sanitarias.
“Antes del nuevo brote, seguíamos realizando los festivales y juegos tradicionales, planes de la calle con competencia de bailar la suiza y fútbol callejero; cursos de verano como el de cabullería, actividades lúdicas como la cometa y otros juegos volantes, todos en áreas propicias sin ningún peligro”, explica el “Zurdo”.
Los asentamientos populares no se quedaron atrás; allí también realizaron actividades deportivas recreativas. Y el día de los niños “los festejos tuvieron lugar en la calle ancha del reparto Las 400”.
Aseguró, además, que los deportistas se mantienen entrenando. “El judoca paralímpico Gerardo Rodríguez sigue preparándose para los Juegos de Tokio 2020 a clebrarse en 2021 (está clasificado), y los tres jóvenes baloncestistas permanecen activos, como los de la preselección de béisbol de los Cazadores de Artemisa”.
Para él es un reto y un orgullo ser parte de la magia que depara el deporte. “El brillo en los ojos de quienes observan desde la audiencia, la adrenalina de quienes lo practican, el júbilo de la familia y este amor tan vasto de quienes lo llevamos bien adentro, son la mezcla perfecta para ponerle más empeño a nuestro quehacer”.
Más que una respuesta, sus palabras suenan a confesión. ¿Y cómo no sentirse cómplice de ese fervor, si parece que el deporte viviera en los ojos del “Zurdo”?