La situación generada por la COVID-19 acrecentó la cifras de coleros y revendedores, un mal que afecta emocional y económicamente a quienes acuden a las tiendas para adquirir productos de primera necesidad, sobre todo a aquellos con capacidad solo para pagar lo que buscan y no a quien los ubique a su conveniencia.
He leído muchas denuncias públicas a través de redes sociales sobre personas que, sin amparo legal alguno, organizan filas y otorgan posiciones. Aprovechan circunstancias, incluso burlando a la autoridad, para enriquecerse mientras otros se van a casa con las manos vacías. De ahí el refrán de “no por mucho madrugar…”
Rostros reiterados, estrategias para involucrar a más personas y, por si fuera poco, casas que sirven de almacén, chocan con nuestra realidad. Son sinsabores que deberían resolverse para tiempos actuales y futuros, en consonancia con las nuevas medidas económicas anunciadas.
Mientras escribo me asaltan preguntas: ¿por qué los primeros encargados de controlar las colas (las administraciones) no actúan contra quienes cobran por un turno mientras otros apenas duermen para estar hasta cinco horas antes de abrir un establecimiento?
¿Tan difícil resulta adoptar medidas para eliminar el acaparamiento? ¿Solo incurren los de puertas afuera? ¿No podemos multiplicar experiencias positivas como las de San Antonio de los Baños o Mariel?
Precios alarmantes como hasta 12 veces el valor de un producto abundan en nuestras calles, supuestamente justificados por el desabastecimiento, insolvencia financiera y reducción de la producción nacional, justo cuando debiera izarse como bandera la solidaridad.
Que un paquete de detergente de 1.90 CUC lo revendan en cinco, uno de pollo de ocho CUC en 16, un champú de 2.90 en 10 o un tubo de pasta dental de 1.40 en seis, es de cualquier modo abusivo, principalmente porque entorpecen el acceso de la mayoría a estos productos.
En un mes, racionados y bien planificados, la población puede adquirir al menos dos de esos artículos.
En el Ariguanabo y Mariel los pobladores agradecen el empleo de mecanismos de distribución a través de bodegas o quioscos cercanos a los hogares. ¿Han detenido a coleros, revendedores y acaparadores? Yo creo que sí. ¡A cada cual lo que le toca con equidad y control! Ahora más que nunca hacen falta pollo, detergente, jabón y aceite.
Ha comenzado a entablarse una lucha sin cuartel contra este fenómeno de los coleros, acaparadores, revendedores y quienes alquilan sus casas o garajes para guardar grandes volúmenes de mercancías.
Jamás comprenderé el fin socialmente útil de individuos que no trabajan e incurren en delito de actividad económica ilícita, con el único fin de lucrar a costa de las necesidades de otros. Ellos incluso insultan y maltratan. Se han apoderado de las colas sin derecho alguno.
Ya lo dijo nuestro Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez, “no son víctimas de la necesidad o el desabastecimiento provocado por el bloqueo del Gobierno de Estados Unidos hacia Cuba, sino personas egoístas que se han ganado el desprecio del pueblo.
“El combate no será contra el anciano humilde que vende un paquete de pollo, ni contra el representante de un núcleo familiar que marcó tres veces en la cola para comprar alimento suficiente, sino contra el especulador desalmado a quien no le importan los demás”.
Habrá un trabajo profiláctico con los trabajadores de tiendas (tanto en MLC como en CUC y CUP), mercados, farmacias… aun con los vecinos de hogares cercanos y el personal de los centros laborales próximos a estos establecimientos. Se trata de disuadir, de alejar de ese comportamiento a quienes viven de algo deshonesto; si no responden, entonces se actuará con justicia y severidad.
Además, ya hay teléfonos disponibles para que el pueblo pueda denunciar semejante insensibilidad.
En nuestra provincia habrá casi 2 000 personas dedicadas a atender 134 centros. Estarán organizadas en grupos, con representantes de los núcleos zonales del Partido, los CDR, la FMC, la CTC, las administraciones de los establecimientos, el Minint y la colaboración de las FAR.
La situación tiene que cambiar. Coleros, revendedores y acaparadores nunca se convertirán en nuevas modalidades de empleo. Tampoco haremos de la vista gorda ante su falta de humanismo y estafas. No los queremos ni al principio ni al final de nuestras colas
Teléfonos para denunciar a los coleros
A raíz del enfrentamiento a los coleros, acaparadores, revendedores y a quienes alquilan sus casas o garajes para guardar grandes volúmenes de mercancías, se han puesto a disposición del pueblo varios teléfonos, a fin de que puedan denunciar semejante insensibilidad.
Se reiteran las palabras de nuestro Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez: “el combate no será contra el anciano humilde que vende un paquete de pollo, ni contra el representante de un núcleo familiar que marcó tres veces en la cola para comprar alimento suficiente, sino contra el especulador desalmado a quien no le importan los demás”.
Usted puede llamar al Puesto de mando del Gobierno Provincial, a los teléfonos 47 364336, 47 366471 y 47 354591.
También puede recurrir al Puesto de mando en su municipio.
Artemisa: 47 364063
Guanajay: 47 305013
Caimito: 47 319493
Mariel: 47 398490
Bahía Honda: 48 668617
Candelaria: 48 598540
San Cristóbal: 48 524134
San Antonio de los Baños: 47 382622
Güira de Melena: 47 423042
Alquízar: 47 418480
Bauta: 47 373030
ESte no es un mal que solo puede eliminar la Policia Nacional Revolucionaria, todo el pueblo debe ponerle fin.
Muy claras las instrucciones ha seguir lo que necesitamos es que en municipios como por ejemplo Bauta se cumpla lo establecido que la policía acuda al llamado de la población en el momento en que se llame y no dos o tres horas después o nunca llegue como sucede la mayoría de las veces, que según explican es por falta de transporte. Tenemos que terminar con es flagelo que lacera el bienestar del trabajador que se ve obligado a comprarlo ha sobreprecio sitios en Facebook, Messenger, WassApp como Batuta Vende, Aseo etc….no deberían existir.
Muy cierto todo lo descrito en este documento pero cuando vamos a tomar las medidas pertinentes para evitar esto ,es la pregunta que nos hacemos,porque el mismo personal que está al frente no es capaz de actuar y eliminar todo este tipo de situaciones,se debería anoizra también que está pasando en la plataforma tu envío que es imposible comprar ya que los paq no duran ni cinco minutos en la red, investigue mos que está sucediendo porque he entrado a las plataformas de otras provincias y los productos durán días ,que es lo que sucede con la de Artemisa que no duran minutos.Todo por el bien de nuestra sociedad.
Deberían en Artemisa cómo municipio. Dar los artículos por la libreta de consumidor cómo en otros municipos de la misma provincia haci evitamos q personas trabajadoras obtengan sus productos de lo contrario se seguirán comprando las necesidades.
Muy bueno el escrito del joven periodista Alejandro Lóriga, con el cual estoy totalmente de acuerdo. Agregar que la batalla contra este fenómeno es crucial para nuestra Revolución y todo el pueblo, en los momentos en que somos afectados por la crisis económica que no solo alcanza a Cuba, sino al mundo entero. Quiero llamar la atención sobre el hecho de que nuestra hermana República de Venezuela sufrió mucho este tipo de desorden y causó muchísimo daño.
2000 personas en Artemisa para hacerle frente a los coleros????… Pues pienso que sí esas 2000 se pusieran a producir, quizás habrían más productos en los mercados y menos necesidad de acudir a coleros y revendedores. En nuestro país por 1 persona que produce hay 30 reunidas. Trabajar y producir debe ser la misión, haga cada cual su parte. Vaya más a la raíz del problema y deje de pasear por las ramas.