“Nos vemos en el parque de la iglesia” es una expresión de los jóvenes ariguanabenses (de hoy y de antes) para reservar una cita informal, justo en un espacio representativo del patrimonio de esta ciudad.
Pocos conocen, sin embargo, que deben buscar sus orígenes en la época colonial. Entonces, se concibió una plaza con piso de tierra, delimitada por rejas y, en su interior, cuatro jardines con adornos metálicos que representaban las estaciones del año. Tenía unos bancos de piedra y, en el centro, el santuario cristiano.
En 1914, tras la primera restauración de la plaza, comenzaron a desarrollarse espectáculos variados, incluso instalaron equipos de diversión para los pequeños.
Ya en 1940 pavimentaron el suelo, construyeron la fuente, y los integrantes de la Logia Luz del Ariguanabo develaron un busto para honrar al filósofo y pedagogo cubano José de la Luz y Caballero. En 1945, la Logia Masónica esculpió en piedras el monumento a las madres.
El diseño actual del parque se remonta a 1965, y aunque todavía conserva la fuente, monumentos y estatuas, la dedicada a Luz y Caballero se movió al ala izquierda y en el lateral derecho se erigió un busto a Camilo Cienfuegos, nombre actual del parque.
También plantaron los árboles que hoy lucen frondosos y dan sombra a quienes se sientan en sus bancos para conectarse a la wi-fi o esperan por una cita.
Eventos de diversa índole son organizados en este sitio que por identidad verbal de sus pobladores sigue siendo el parque de la iglesia.