La COVID-19 no solo paralizó las competencias deportivas a todos los niveles, sino también el proceso docente en las categorías inferiores; por tanto, estar listos para volver a las aulas en septiembre constituye el principal desafío para las escuelas de deportes.
Artemisa cuenta con tres grandes instituciones docente-deportivas, la Escuela de Iniciación Deportiva (Eide) Julio Díaz, la Escuela de Profesores de Educación Física (EPEF) José de la Luz y Caballero y la Escuela Nacional de Remo y Canotaje José Smith Comas.
Hoy nos centraremos en las dos primeras, inmersas en un intenso ajetreo constructivo, de embellecimiento y reacondicionamiento de sus instalaciones.
En la Eide Julio Díaz encontramos desde bien temprano a todos sus profesores en un seminario de capacitación deportiva y docente, el cual, según su directora Yasmiany Pedroso, está enfocado en las indicaciones del Inder y en la preparación de las evaluaciones y seminarios integradores.
Igual tenían previsto un encuentro con autoridades de Medicina Deportiva en la provincia, para ampliar sus conocimientos sobre la COVID-19 y en torno a las medidas y requisitos que debe cumplir el centro para su reapertura.
“En las tardes, tras concluir el seminario, estaremos volcados en la reparación, limpieza y embellecimiento del centro, principalmente la pintura y la chapea de jardines”, explicó Pedroso.
“Tenemos otra ardua tarea con las ventanas del cuarto piso, donde una brigada del Ministerio de la Construcción y nuestros trabajadores están desmontando los viejos ventanales para remplazarlos por nuevos. Con las viejas ventanas vamos a reparar lo más que podamos de los otros pisos, porque ahora no tenemos presupuesto para cambiar su totalidad”.
Ya reorganizaron las aulas para tener solo a 20 estudiantes en cada una, y los dormitorios acogerán a 12 atletas por cubículo; precisamente en los albergues trabajan con tesón en la limpieza y la pintura, para luego enfrentarse a la difícil situación de las redes hidrosanitarias, todo eso para merecer la certificación de Salud Pública a fin de recibir a los estudiantes en septiembre.
En la EPEF tampoco descansan
Una vorágine similar viven en la EPEF, ubicada en Güira de Melena, donde su colectivo de trabajadores acomete acciones desde el 16 de abril, y no pararán durante el verano hasta dejarla lista a finales de agosto.
Sobre eso conocimos en conversación telefónica con Jorge Alberto Hernández, quien puso la brocha a un lado unos minutos para hablar con el artemiseño.
“Estamos inmersos en un proceso de reparación. Hemos cambiado ventanas viejas por nuevas y recuperado otras con partes recicladas. También pusimos puertas de hierro nuevas y ahora las estamos pintando. Además, desarrollamos una amplia cruzada contra los salideros, con un plomero trabajando sin descanso para eliminarlos.
“Otra tarea importante es la impermeabilización del techo, para eliminar filtraciones; hay una brigada enfrascada en ese problema, que igual labora de conjunto con algunos trabajadores. La limpieza y la pintura se suman a la creación de un huerto escolar y una cocina externa, para elaborar algunos alimentos con leña y ahorrar gas.
“Nos hemos empeñado en la reorganización del centro y la readecuación del proceso docente, para evitar aglomeraciones. Ya preparamos nueve aulas con diez mesas y 20 sillas cada una; en los dormitorios solo habrá seis literas por cubículo, intercaladas y con espacio entre ellas; y en el comedor dejamos 46 mesas y dos asientos cada una.
“Las medidas sanitarias serán cumplidas a cabalidad, para eso hemos ubicado 32 puntos de desinfección por toda la escuela”, asegura el director del plantel.
Gracias al esfuerzo de todos los trabajadores y el apoyo infalible de entidades de la Agricultura en la chapea y el huerto, Jorge Alberto Hernández está seguro de que antes de septiembre la José de la Luz y Caballero será una escuela totalmente nueva.
El reinicio del curso escolar y la llegada del nuevo, sin apenas descanso entre ambos, será un reto para el sistema educativo, más aun en la enseñanza deportiva, pues confluyen clases, entrenamientos y asignaturas de prácticas atléticas.
Por eso los artemiseños aprovechan al máximo el verano, para que en septiembre el deporte esté listo y regresar a las aulas, esas en que tanto esfuerzo se ha puesto para dejarlas más bellas y seguras.
