Liss Claudia Martínez Corrales tiene 23 años de edad. Por estos días su rostro ha saltado en redes sociales, pues esta caimitense graduada de Microbiología, realiza sus prácticas laborales en el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí, conocido como IPK. Por sus manos pasan muchas de las muestras que luego el doctor Durán nos informa en cifras sobre la Covid-19 en nuestro país, a las nueve de la mañana.

Inició su servicio social en esta institución el dos de septiembre del año anterior, luego de haber concluido sus estudios de Microbiología, en julio. Su elección por esta carrera tiene un poco de azar y del destino.
«Siempre me gustó de pequeña hacer experimentos. Cuando estaba en el preuniversitario opté por Biología en onceno grado; era una opción que daban, pero ese año no abrió. Como nos pasa a casi todos a esa edad no sabía mucho de qué iban las carreras. Mi profesora de Biología, Sandra, me dijo que pusiera en la boleta la carrera de Microbiología. Según sus palabras era una carrera muy buena y por eso le doy muchas gracias», explica Liss.
Esta entrevista la hacemos vía online. Pero me la imagino sonriendo al responder algunas de las interrogantes o reflexionando en otras.
Cuando comienzan las noticias con la situación actual, ¿por qué decides ser parte del equipo?
«Decidí unirme al equipo porque me sentí comprometida con mi familia, mis amigos, con todo el pueblo. No podía estar en casa sabiendo que podía aportar. Soy recién graduada y este es un gran reto para mí, no me lo esperaba; pero a pesar del temor decidí dar el paso. Necesitaba sentirme útil; dar vida a ese título y que no fuera un simple cuadro en la pared».
¿Cómo son tus 24 horas en el IPK?
“No puedo negar que son de mucha tensión. Ya lo decía una vez, cada muestra es un paciente en espera de un resultado y es nuestra responsabilidad hacer que ese resultado esté y sea correcto. Es mucha presión, porque no son 10, ni 15 muestras; son muchas y en 24 horas se deben hacer. A eso suma los trajes, bastantes molestos, y el riesgo al que estamos expuestos; aunque tomamos todas las medidas siempre va a haber un riesgo. También hay risas, chistes, sientes a los profesores como familia y es una gran experiencia en todos los sentidos», afirma.

¿Y las jornadas en casa?
Cuando estoy de descanso en la casa la verdad solo duermo. Depende de que tan dura fue la guardia, pero generalmente duermo casi los tres días.
¿Qué significa para una microbióloga una pandemia con estas características?
Para un graduado de Microbiología es difícil esta pandemia, porque sabes las consecuencias y lo peligroso de la misma. Conoces un poco más a fondo sus características y sus implicaciones. Algunas personas piensan, a pesar de las noticias de todos los días, eso nunca me va a tocar, y me entristece ver que no se cuidan.

¿Quiénes son tus referentes a nivel profesional?
Mis referentes en la Microbiología son varios: mis tutores la doctora María Magdalena y el doctor Juan Andrés Bisset, excelentes profesores, ambos muy exigentes y nos hacen dar lo mejor de nosotros. Las doctoras Guadalupe, Lisset, Sonia, Vivian Kourí, Odalis, a quienes conocí dentro del IPK. Aunque nunca había trabajado con ellas, ya eran un referente.
Son excelentes profesionales y nos han enseñado mucho en estos días. De la Facultad de Biología, la Dra. Marixa Pupo, ella fue mi profesora de virología en la Universidad.
Sus sueños a nivel profesional son realizar una maestría y un doctorado en cuanto le sea posible. Liss Claudia tiene en la familia apoyo incondicional y esta es su pilar. Comenzamos hablando de su abuela Maira, delegada por varios años, muy reconocida por su labor. «No tengo palabras; para ser sincera todo lo que diga será poco. Es mi otra madre. Mi abuela no cree en obstáculos, ni en problemas cuando se trata de mí; ella rompe todo eso. No recuerdo una sola vez que me haya dicho no puedo».
«Mi madre ha sido mi profesora más exigente, incansable desde que estaba en preescolar. A ella, mi vida y lo que soy. Sobre mi padre solo puedo afirmar: son pocos los hijos que tienen la fortuna de tener un padre como el mío. Mi hermana tiene 12 años y dice que va a estudiar mucho porque quiere ser como yo, ese es mi orgullo más grande».
Y agrega, «mi abuelo no es muy expresivo, pero siempre me apoya y se preocupa. Al resto de mi familia que es grande, gracias por todo; cada uno ha sido clave en mi formación». Para concluir le pido algún consejo para los más jóvenes. «El mejor consejo: luchen por sus sueños, no importa cuales sean. No se cansen de luchar jamás. Sean cada día mejores y todo háganlo con amor, esa es la clave».
Holaaa, bueno no sabía de esta entrevista a mi hija, ella es maravillosa y estoy más q orgullosa, gracias por ser siempre tan buena niña.