El Instituto Politécnico Juan Manuel Castiñeiras de Mariel prepara la fuerza calificada de trabajo para el desarrollo de los planes económicos y sociales en la provincia de Artemisa
Tras casi diez años fraguando sabidurías en escuelas primarias y secundarias, los adolescentes cubanos tienen a su favor la posibilidad de elegir dónde continuar estudios. Unos prefieren las ciencias exactas, otros el preuniversitario y no pocos la Enseñanza Técnica Profesional (ETP), garantía de las estrategias económicas del país, incluida la gestión no estatal.
Desde su creación, esta enseñanza incentiva la labor vocacional para incrementar las matrículas de los politécnicos en todas las especialidades. Además, perfecciona las bases que adecuan nuevas formas de trabajo y organización empresarial.
Al norte de la provincia —cerca de la Zona Especial de Desarrollo Mariel y la Termoeléctrica Máximo Gómez—, el politécnico Juan Manuel Castiñeiras respalda la voluntad del sistema educativo para desarrollar habilidades profesionales y fomentar los valores ciudadanos de nuestra sociedad.
Más de 1 140 alumnos, provenientes de los 11 municipios de Artemisa, conforman la matrícula del actual curso lectivo, entre futuros técnicos de nivel medio, obreros calificados y el curso para trabajadores egresados.
“Como parte del Tercer Perfeccionamiento del Sistema Nacional de la Educación, nos proponemos muchos retos este curso, mediante la entrega de un colectivo docente que se esfuerza por alcanzar resultados superiores en cada etapa, y que aprovecha las tecnologías y medios adquiridos”, asegura Andrés Cordero Jiménez, director del centro.
“Nuestros alumnos estudian 25 especialidades. Destacan: Informática, Electrónica, Electricidad, Termoenergética, Contabilidad, Geodesia y Automática. La mayoría responde a la necesidad de coberturas laborales del territorio, a garantizar nuevos proyectos de impacto en puertos y astilleros y, por supuesto, formar a quienes ejercerán como maestros del plantel.
“A diferencia de cursos anteriores, el claustro está completo, gracias a la reincorporación de profesores jubilados y a la contribución de empresas del propio Mariel”.
Saberes prácticos en las aulas

Con la apertura de modernos laboratorios equipados para realizar ejercicios prácticos y experimentos, acentúan los conocimientos de sus estudiantes: ellos disponen de módulos de Química, Física, Computación, Electrónica, Electricidad y Refrigeración, a fin de complementar lo impartido por los profesores; acuden seis horas a la semana, e interactúan con los utensilios, cables, computadoras, equipos y sustancias reactivas.
“Las aulas anexas en centros laborales, empresas e industrias también son un escenario pedagógico fundamental”, sostiene Leticia Valle Gabriel, metodóloga municipal de la enseñanza.
“Representa una ventaja contar con 16 aulas de este tipo. Pese a las limitaciones, están programados los encuentros, cuyas frecuencias responden a las habilidades que pretenden alcanzar. Los alumnos —asistidos por instructores y especialistas— conocen sobre tecnologías o recursos empleados en cada proceso, y así fortalecen su preparación integral, según la especialidad”.

Trascender más allá
Mientras los futuros técnicos y obreros calificados reciben las materias de acuerdo con el plan de estudios, el consejo de dirección del centro y sus profesores buscan cómo acercarse más a la sociedad. No es tarea fácil, pero les satisface convertir la escuela en una institución al servicio de la comunidad.
“Durante el período lectivo las puertas están abiertas a quienes cursan la secundaria y se interesan por nuestras especialidades. Existen convenios para organizar círculos de interés, encuentros de clases, conferencias panorámicas, prácticas demostrativas y exposiciones”, resalta la metodóloga.
“Igualmente la familia tiene un espacio asegurado en nuestro centro: visitan a los alumno, y entonces compartimos materiales de orientación que procuran lograr relaciones objetivas e insistir en la formación de valores de los jóvenes.
“Tiempo atrás también apoyamos la capacitación del sector no estatal. Especialistas y maestros ofrecieron oportunos intercambios, cuando se perfeccionaba el ejercicio del trabajo por cuenta propia en la nación”.
Por si no bastara, este colectivo obtuvo el primer lugar en el concurso de habilidades del pasado año, “un resultado que avala el compromiso de educar hombres de bien sin importar circunstancias”, subraya Leticia Valle Gabriel.
La voz del estudiantado

“Contamos con docentes de excelencia; los laboratorios llegaron en un momento decisivo para nuestro aprendizaje; disfrutamos de espacios deportivos y noches de recreación; no obstante, quedan cuestiones por resolver”, comenta Dayneris Domínguez Ruiz, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM) en el plantel.
Junto a ella, el artemiseño realizó un recorrido por la instalación, y constatamos un serio problema en el dormitorio de las muchachas: la rotura de la red hidrosanitaria, además de regar agua desde el baño hasta las camas, emite un olor desagradable, a pesar de la limpieza diaria.
Alfredo Pérez de Coro, director municipal de Educación, explica que ni las acciones de mantenimiento acometidas meses atrás consiguieron solucionar este inconveniente.
Resulta apropiado alertar sobre tal molestia, pues afecta la vida interna de quienes allí cohabitan. Una institución docente de prestigio como esta, donde forjan la fuerza que precisa el desarrollo de la provincia, igual debe ser un sitio agradable.
Entretanto, siguen creciendo retoños para aportar al Jardín de Cuba y a su principal centro económico. El Castiñeiras pelea por una buena causa: la sabia búsqueda de calificar a cientos de jóvenes a la medida de una puerta abierta al mundo.