A veces la vida depara extraños giros en el camino de cada persona. Está quien toda la vida quiso ser médico o enfermero, y termina de ingeniero en Telecomunicaciones. A otros, por azar del destino, una carrera le lleva a la siguiente y, en el constante afán de encontrarse, concluyen en profesiones diversas. Así le sucedió a Yasmany Suárez Arango.
“Cuando estaba en el Servicio Militar me ofertaron varias carreras. Escogí Exploración Radioelectrónica”. Al graduarse, trabajó como especialista en Inteligencia Militar en Habana del Este por tres años.
“Quería regresar a Artemisa. Como mi carrera tenía un alto componente computacional, comencé a laborar en la Facultad de Ciencias Médicas en la plaza de Seguridad Informática y, por una oferta de superación para trabajadores, empecé a estudiar técnico medio en Enfermería”.
De ese modo inició la nueva vida de este muchacho. Con 24 años asistía al primer año de una carrera que siempre le había llamado la atención.
Yasmany había pasado varios cursos de cantina y, cuando abrió la Casa de la Música, en 2017, no dudó en apuntarse en la bolsa de empleados, aunque esto nada tuviera que ver con la Medicina.

“Desde el primer día, trabajo en la casa de los grandes acontecimientos, con todo orgullo. Mis estudios no me impidieron nunca dar lo mejor de mí en la barra o en el salón. Eso sí, he apelado a mucha voluntad interna para no fallar en ninguna de las dos cosas”, confiesa.
Como dependiente del salón, cantinero o cajero, no distingue preferencia alguna, pues su misión es siempre dar un servicio de excelencia de acuerdo con esta institución.
“Siempre he sido muy tímido. En la Casa de la Música he aprendido a desenvolverme más y tratar con las personas. Además, casi siempre los humoristas se meten conmigo porque estoy muy delgado (sonríe), y eso me hace desenfadarme, sonreír y dejar que me den ‘chucho’ sin complejos”.
La Casa de la Música Artemisa se acerca a los tres años de inaugurada, y el ritmo de trabajo premia, cada cierto tiempo, a los mejores trabajadores. Para dicha de Yasmany, fue el más integral de ese centro laboral en el primer semestre de 2019.
“Constituye un compromiso, porque eso de ser el mejor trae consigo un servicio de excelencia y que cada cliente atendido quede satisfecho, no con mi servicio, sino con el prestado en la Casa de la Música.
“Muchas veces, sobre todo cuando estudiaba, algunos clientes pasaban las noches aquí y luego, como pacientes, les atendía la ‘resaca’ en el Hospital Ciro Redondo. Siempre me preguntaban si tenía un hermano gemelo que trabajaba en la Casa de la Música; ahí comenzaba mi explicación de que estoy contratado allí”.
Después de cuatro años, Yasmany resultó ser el mejor graduado del técnico medio en Enfermería de los 11 municipios. “Con tanto ajetreo que llevo, jamás me pasó por la cabeza ser el primer escalafón de la provincia y el estudiante más integral”.
Sin dudas, este año le ha regalado múltiples alegrías a Yasmany y su familia, quienes lo tildaron de loco, pero lo apoyaron cada día.
Este enfermero instrumenta en el salón de operaciones con la misma precisión que requiere un buen trago. Es un muchacho apasionado por las jeringuillas y los bares, un enfermero a la cantina: profesional en ambos sitios y el ejemplo de que el pluriempleo es una opción acertada para quienes tienen más de una destreza en la vida.