Su nombre está ligado a las leyendas del fútbol mundial y a la gloria del fútbol alemán. Franz Anton Beckenbauer encarna por sí mismo el espíritu combativo y de entrega al límite de la Mannschaft, él fue su líder y capitán, su más grande exponente.
Ese temple de guerrero seguramente lo heredó de los germanos y de haber nacido en Múnich, bajo plena ocupación aliada el 11 de septiembre de 1945. Las anécdotas sobre su coraje son impresionantes, incluso jugó un choque en el mundial de Mexico 1970 con un brazo en cabestrillo.
Por eso, por su liderazgo en la cancha y su hidalguía dentro y fuera del campo se ganó el apodo del káiser, título otorgado por los alemanes a sus grandes caudillos, el cual significa emperador, sinónimo de respeto y gloria.
De pequeño despuntó con el TSV Múnich 1860, pero a los 14 años se mudó al vecino Bayern, hoy poderoso pero que entonces era un simple animador de la Bundesliga; pero eso cambiaría, en gran medida gracias al káiser.
Con Franz, quien jugaba en una nueva posición llamada líbero, y otros muchos talentosos jugadores el Bayern Múnich comenzó a forjar su camino hacia las leyendas de Europa. Antes de ese despunte de su club a Beckenbauer le tocó brillar con la selección en la Eurocopa de 1972, donde quedaron campeones al derrotar en la final a la Unión Soviética.
Tras ganar tres Bundesligas consecutivas (1972-1974) vendría el asalto del Bayern a Europa, donde repetiría la dosis. Desde 1974 hasta 1976 no tuvieron rivales en el viejo continente, y derrotaron en las finales de la Copa de Europa al Atlético de Madrid, Leeds United, y Saint-Étienne, por ese orden.
En medio de todos esos logros con su club, vino la mayor alegría de su carrera deportiva, el título mundial en el certamen organizado en su país en 1974. Allí derrotaron a la Naranja Mecánica de Johan Cruyff en la final, pese a salir debajo en el marcador desde bien temprano.
Con la selección nacional logró un palmarés impresionante, pues participó en tres Copas del Mundo y siempre estuvo en el podio: segundo lugar en 1966, tercero en 1970 y campeón en 1974.
Se despidió del Bayern en 1977, atraído por una gran oferte del New York Cosmos, a donde fue a jugar junto a Pelé. Luego regresó a la Busdesliga con otro histórico el Hamburgo, pero volvió al Cosmos en la temporada 1982-1983, para decirle adiós a las canchas.
Como técnico su mística siguió presente, tomó las riendas en 1984, sin ninguna experiencia en los banquillos y poco después consiguió llevar a su país al segundo lugar del mundial de México 1986, y luego fue campeón en 1990. Para convertirse en el segundo hombre campeón del mundo como técnico y como jugador. Simplemente impresionante lo del káiser.